Claudio Grossman, abogado chileno de derechos humanos y asesor especial de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI), anunció su renuncia porque no está de acuerdo con el lento ritmo de la investigación sobre las denuncias de violaciones de derechos humanos en Venezuela. El gobierno de Nicolás Maduro. La noticia fue anunciada por la agencia AP el viernes después de que tuvieron acceso a un correo electrónico que Grossman envió al fiscal de la CPI Karim Khan en noviembre.
En su mensaje, Grossman expresó su decepción por la falta de medidas concretas contra los responsables de las graves violaciones denunciadas en el país sudamericano, y rechazó la posibilidad de renovar su contrato. Por su parte, la CPI informó que el cargo de Grossman había terminado «de conformidad con su contrato anterior».
«El Fiscal está extremadamente agradecido al Profesor Grossman por la experiencia y el trabajo que ha brindado», dijo la CPI en un comunicado oficial.
Un experto con amplia experiencia.
Nacido en Chile, Grossman es un reconocido abogado y ex profesor de la Facultad de Derecho de la American University en Washington. En octubre de 2021, Karim Khan fue nombrado asesor especial como parte de un grupo voluntario de expertos para fortalecer áreas clave identificadas por el fiscal. Su renuncia marca un momento crítico en el caso venezolano, que ha sido objeto de escrutinio internacional debido a acusaciones de crímenes de lesa humanidad cometidos bajo el gobierno de Maduro.
La investigación sobre Venezuela: avances limitados y críticas crecientes
La CPI inició oficialmente una investigación sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela en noviembre de 2021. Esta decisión se basó en denuncias de crímenes de lesa humanidad cometidos desde 2014, incluida la represión violenta contra manifestantes, torturas y detenciones arbitrarias. Sin embargo, a pesar de los avances iniciales, el proceso ha sido criticado por ser lento.
En un discurso reciente, Karim Khan defendió el trabajo de la CPI, argumentando que el caso de Venezuela había sido manejado «con concentración y sin demora». Khan aseguró que había insistido a las autoridades venezolanas en que se necesitaban avances reales en la investigación local. Durante su visita a Caracas en abril de este año, enfatizó la importancia de la cooperación del gobierno de Maduro, que llegó a un acuerdo con la CPI en 2021 para facilitar el trabajo de la corte.
A pesar de estos esfuerzos, organizaciones de derechos humanos y personas como Grossman consideran que las medidas tomadas hasta ahora son insuficientes. En su correo electrónico, Grossman dejó claro que no podía justificar la falta de acciones serias contra quienes cometieron violaciones graves, por lo que decidió renunciar a su función de asesor.
Alegaciones de conflicto de intereses y desafíos al fiscal
La dimisión de Grossman se produce en medio de una creciente presión sobre Karim Khan. A principios de noviembre, la Fundación Arcadia, una organización no gubernamental con sede en Washington, pidió a Khan que se abstuviera de la investigación venezolana, citando un presunto conflicto de intereses debido a los vínculos de un miembro del equipo legal del gobierno de Maduro con la familia del fiscal.
Aunque Khan negó estas acusaciones, solicitó a la Cámara de Apelaciones de la CPI que desestimara la impugnación. Las críticas a su gestión no se limitan, sin embargo, al caso venezolano; El fiscal también está acusado de abusar sexualmente de una asistente, lo que negó categóricamente.
Contexto político en Venezuela
Mientras tanto, Nicolás Maduro se prepara para iniciar su tercer mandato como presidente el 10 de enero, después de unas elecciones muy disputadas por la falta de transparencia y las acusaciones de fraude. Organizaciones internacionales han señalado el cierre del espacio civil, la represión de los opositores y el uso de detenciones arbitrarias como tácticas gubernamentales para mantener el control político.
El gobierno de Maduro ha rechazado sistemáticamente las acusaciones de fraude y crímenes contra la humanidad, calificando a las personas detenidas tras las protestas de «criminales y terroristas». A pesar de estas defensas, la presión internacional sigue aumentando para que la CPI avance con el caso.
La competencia del Estatuto de Roma y la CPI
Venezuela ratificó el Estatuto de Roma en 2000, que otorgó a la CPI jurisdicción para investigar crímenes graves como genocidio, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad cuando las autoridades locales no pueden o no quieren realizar investigaciones efectivas.
En este caso, la CPI indicó que existían pruebas suficientes para realizar una investigación formal. Pero el progreso ha sido lento, lo que ha generado frustración entre las víctimas y los defensores de los derechos humanos que buscan justicia.
Un llamado a la acción más fuerte
La salida de Grossman refleja una creciente impaciencia dentro y fuera de la CPI con el manejo del caso Venezuela. Su renuncia pone de relieve los desafíos que enfrenta el tribunal cuando intenta abordar violaciones a gran escala en contextos políticamente complejos.
En momentos en que las instituciones internacionales son criticadas por su falta de eficacia, la renuncia de Grossman envía un mensaje claro de que se necesitan acciones más rápidas y decisivas para hacer justicia a las víctimas de violaciones de derechos humanos en Venezuela.
Mientras tanto, el futuro de la investigación de la CPI sobre Venezuela sigue siendo incierto, al igual que el destino de quienes puedan ser considerados responsables de los abusos cometidos en el país. La renuncia de una figura destacada como Claudio Grossman pone de relieve la urgente necesidad de abordar estos desafíos con mayor determinación y transparencia.