Al menos 64 personas han muerto en la prefectura japonesa de Ishikawa tras el fuerte terremoto que sacudió el centro de Japón el día de Año Nuevo, han informado las autoridades, mientras los equipos de emergencia continúan trabajando para encontrar supervivientes. El terremoto de magnitud 7,6 provocó grandes daños estructurales e incendios, y obligó a activar una alerta de tsunami en la costa occidental del país, que fue levantada este martes por la mañana. Las autoridades japonesas han informado que les resulta difícil evaluar el alcance total del desastre, ya que más de 140 réplicas desde el primer terremoto han torpedeado las operaciones de rescate. La Agencia Meteorológica Nacional ha advertido que en los próximos días podrían producirse más temblores fuertes.
«La búsqueda y el rescate de los afectados por el terremoto es una batalla contrarreloj», declaró este martes el primer ministro Fumio Kishida durante una reunión de emergencia, citado por la agencia de noticias Kyodo. El líder japonés destacó las dificultades que están teniendo los equipos de rescate para llegar a las zonas del norte de la península de Noto (prefectura de Ishikawa) debido al mal estado de las carreteras, que han quedado destruidas, por lo que el Gobierno central ha estado coordinando la entrega de ayuda. suministros a través de barcos. Numerosos incendios han causado graves daños a más de 200 edificios e infraestructuras, añadió Kishida.
FRANCK ROBICHON (EFE)
Las autoridades de Ishikawa han confirmado la muerte de 55 personas, al menos 15 de ellas en la ciudad de Wajima, cerca del epicentro del terremoto. “Nunca había experimentado un terremoto tan poderoso”, dijo Shoichi Kobayashi, de 71 años, de Wajima, que estaba en su casa celebrando el Año Nuevo con su esposa y su hijo cuando se produjo el terremoto, que hizo volar los muebles del comedor. informó la agencia Reuters.
En Suzu, una ciudad de poco más de 5.000 habitantes cercana al epicentro del terremoto, el 90% de las casas podrían haber quedado destruidas, según su alcalde, Masuhiro Izumiya. «La situación es catastrófica», afirmó.
El temblor se produjo a media tarde del lunes, provocando que los residentes de algunas zonas costeras huyeran a zonas más altas mientras las olas del tsunami envolvían algunas casas y automóviles en el mar. El terremoto también ha causado heridos y daños estructurales en las prefecturas de Niigata, Toyama, Fukui y Gifu.
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Evacuación de 100.000 personas
El lunes por la noche, el Gobierno ordenó la evacuación de 100.000 personas, que se refugiaron en pabellones deportivos y gimnasios escolares, instalaciones que se suelen utilizar como centros de evacuación en situaciones de emergencia. Muchos regresaron a sus hogares este martes, cuando las autoridades levantaron las alertas de tsunami. Sin embargo, unas 33.000 viviendas seguían sin suministro eléctrico a primera hora de la mañana, informa Hokuriku Electric Power en su sitio web, mientras que la mayoría de zonas del norte de la península de Noto tampoco tienen suministro de agua, según la cadena. NHK.
El ministro de Defensa anunció este martes que un millar de miembros del Ejército participan en las labores de rescate y que se podrían desplegar 10.000. Estos se suman a los miles de bomberos y policías de todo el país que han sido enviados a la zona más afectada de la península de Noto.
Se han suspendido muchos servicios ferroviarios, marítimos y aéreos a la zona. El aeropuerto de Noto ha cerrado debido a daños en la pista, la terminal y las vías de acceso, y 500 personas han quedado atrapadas en coches en el aparcamiento, según la emisora pública NHK. Por su parte, la compañía ferroviaria West Japan Railway informó que unos 1.400 pasajeros del tren bala quedaron atrapados durante 11 horas en los vagones, mientras se revisaba el estado de las vías entre las estaciones de Toyama y Kanazawa.
La Agencia Meteorológica de Japón estimó que el terremoto se produjo a unos 30 kilómetros al este y noreste de Wajima, con una profundidad provisional de 16 kilómetros, y registró un máximo de 7 en la escala de intensidad sísmica del país, el nivel más alto. Se considera que un terremoto de esta fuerza imposibilita que las personas permanezcan en pie. Un temblor similar se registró por última vez en 2018 en Hokkaido.
Inicialmente, las autoridades decretaron una “alerta de tsunami mayor”, la más alta, que no se emitía desde 2011, cuando un terremoto de magnitud 9,1 -el más potente desde que Japón empezó a registrar datos hace 150 años- provocó un gigantesco tsunami que devastó el norte de el archipiélago japonés y provocó el accidente nuclear de Fukushima. Ciudades enteras quedaron destruidas en ese triple desastre, que costó la vida a casi 20.000 personas.
Un momento delicado para la industria nuclear japonesa
El terremoto del lunes, que también llevó a las autoridades de Corea del Sur, Corea del Norte y Rusia a declarar una alerta de tsunami, se produce en un momento delicado para la industria nuclear de Japón, que ha enfrentado una feroz oposición de algunos activistas locales desde el desastre de Fukushima. . Sin embargo, pese al temor inicial de que el temblor provocara daños en las centrales activas, la Autoridad Reguladora Nuclear japonesa aseguró este lunes que no se han encontrado irregularidades en las centrales situadas a lo largo del Mar de Japón.
La semana pasada, Japón levantó la prohibición de funcionamiento de la central nuclear más grande del mundo, Kashiwazaki-Kariwa, que ha estado fuera de servicio desde el tsunami de 2011. La planta está situada en la prefectura de Niigata, que también resultó afectada. debido al terremoto del lunes. Por su parte, la planta Shika de Hokuriku Electric, la más cercana al epicentro del terremoto, también se encuentra inactiva desde 2011. La compañía informó que se habían producido algunos cortes de energía y fugas de combustible tras el terremoto del lunes, pero afirmó que no se habían producido fugas de radiación. . La empresa había expresado previamente su intención de poner en funcionamiento el reactor en 2026.
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