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Daniel Noboa prioriza desafíos energéticos y seguridad nacional en Ecuador

Daniel Noboa, el presidente de Ecuador, ha anunciado que cancelará su participación en el Foro sobre Cambio Climático previsto en Brasil, cuyo objetivo es abordar las dos crisis que azotan al país: una grave crisis energética y una creciente presión política por la incertidumbre. La decisión fue anunciada a través de redes sociales, donde Noboa explicó que la canciller Gabriela Sommerfeld representará al país en el evento climático con el objetivo de buscar soluciones regionales a los desafíos energéticos, mientras permanecerá en Ecuador para gestionar la situación con su equipo.

Las dificultades energéticas han llevado al país a una situación crítica. El suministro de electricidad, que dura hasta diez horas al día, afecta a millones de ciudadanos y complica las actividades diarias, especialmente en regiones donde la falta de electricidad también limita el acceso al agua potable. Este problema, que se ha agravado en las últimas semanas, se debe principalmente a una prolongada sequía que ha reducido drásticamente los niveles de agua en los ríos que alimentan las principales centrales hidroeléctricas de Ecuador, incluida la central Paute, responsable del 38% de la energía del país. A la escasez de agua se suman los problemas de mantenimiento de otras centrales eléctricas, por lo que el país se enfrenta a un déficit energético de unos 1.100 megavatios, de los cuales el 72% depende de la energía hidroeléctrica.

Al mismo tiempo, Noboa enfrenta una fuerte presión política en materia de seguridad nacional. Uno de los principales focos de tensión es el Ministro del Interior, quien desde 2021 es un actor clave en la lucha contra las violentas bandas criminales en Ecuador. La oposición liderada por el Partido de la Revolución Civil, el expresidente Rafael Correa, acusa al ministro de incumplir sus funciones debido a la persistente ola de incertidumbre. La Asamblea Nacional evalúa su situación política, que ha creado incertidumbre dentro del gobierno.

El impacto de la violencia en Ecuador ha alcanzado niveles alarmantes. Sólo en los primeros meses de 2024, la policía registró 4.239 muertes violentas relacionadas con el crimen organizado. Aunque esta cifra representa una ligera disminución en comparación con el mismo período del año pasado, cuando se notificaron 5.097 casos, la situación sigue siendo crítica. Las disputas entre bandas de narcotraficantes han provocado una ola de enfrentamientos que afectan tanto a zonas urbanas como rurales, dejando a la población en un estado constante de vulnerabilidad.

En su mensaje, Noboa reconoció los difíciles momentos que atraviesa el país. “Ecuador enfrenta desafíos que nos han puesto a prueba como nación. «Ahora es el momento de actuar con decisión y afrontar estas crisis», afirmó el presidente, destacando su compromiso de resolver los problemas más apremiantes.

Mientras tanto, el Foro sobre Cambio Climático en São Paulo los días 22 y 23 de octubre reunirá a líderes internacionales para abordar temas como el cambio climático, la transición a las energías renovables y la economía global. La ausencia de Noboa en este evento refleja la priorización por parte del presidente de las crisis internas, dejando la representación ecuatoriana en manos del canciller.

La situación energética tiene consecuencias tanto económicas como sociales. La escasez de electricidad afecta a sectores clave como la industria, el comercio y la agricultura, mientras que las comunidades más vulnerables enfrentan mayores dificultades para acceder a los servicios básicos. En algunas regiones, las bombas de agua que abastecen a zonas de gran altitud se han detenido debido a cortes de energía, lo que agrava la escasez de agua potable y pone en peligro la salud pública.

El panorama energético de Ecuador pone de relieve la fragilidad de un sistema altamente dependiente de las fuentes hidroeléctricas. Las autoridades han señalado que la sequía actual es una de las más graves de las últimas décadas y que la situación puede estar relacionada con el cambio climático. Al mismo tiempo, también se expresaron críticas por la falta de previsión y la limitada diversificación de las fuentes energéticas del país. Ante este escenario, el gobierno ha comenzado a explorar la posibilidad de importar energía de países vecinos como Colombia y Perú, aunque estas medidas no serían suficientes para cubrir todo el déficit.

Por otro lado, la inseguridad sigue siendo un tema destacado en la agenda nacional. Las bandas criminales han consolidado su presencia en varias regiones del país, aprovechando la falta de poder y la limitada capacidad de las fuerzas de seguridad para frenar la violencia. El gobierno ha llevado a cabo operativos policiales y militares para combatir el crimen organizado, pero los resultados no han sido suficientes para revertir la percepción de inseguridad entre los ciudadanos.

La oposición, encabezada por el partido de Correa, aprovechó esta situación para intensificar sus críticas al gobierno de Noboa. Se le acusa constantemente de ineficiencia y falta de liderazgo mientras el poder ejecutivo intenta mantener el control en medio de una gran polarización política. La Asamblea Nacional, donde la oposición tiene una presencia significativa, se ha convertido en un campo de batalla clave para determinar el futuro del gobierno y sus principales aliados.

A pesar de la adversidad, Noboa reiteró su compromiso con el país y su visión de encontrar soluciones de largo plazo a los problemas estructurales que enfrenta Ecuador. Sin embargo, el camino no será fácil. La combinación de la crisis energética, la creciente inseguridad y las tensiones políticas internas presenta un desafío formidable para su gobierno.

En este contexto, el apoyo internacional puede desempeñar un papel decisivo. Tanto en el campo de la energía como en la lucha contra el crimen organizado, la cooperación con otros países de la región puede ayudar a mitigar los efectos de las crisis y fortalecer la capacidad del gobierno ecuatoriano. Sin embargo, la eficacia de estas alianzas depende en gran medida de la capacidad del país para estabilizar su situación interna y generar confianza en sus socios estratégicos.

Ecuador se encuentra en un momento crucial donde las decisiones que se tomen en los próximos meses tendrán un impacto significativo en su futuro. La capacidad de Noboa para gestionar estas crisis será decisiva no sólo para su gobierno, sino también para la estabilidad y el bienestar de los millones de ciudadanos que enfrentan las consecuencias de estos desafíos todos los días.

By Alice Escalante Quesada